Resumen
El cristianismo, a diferencia del monoteísmo judaico e islámico, es trinitario. Sin embargo, no han sido pocas las ocasiones en que la teología lo ha olvidado a través de su historia. Hoy por hoy encontramos una recuperación de la noción trinitaria de Dios, pero también resulta necesario tener en cuenta su comprensión relacional yendo más allá de aquella que se caracteriza por ser substancialista. No se trata de una noción nueva ya que la encontramos en la patrística y en la escolástica pero, en nuestros días, algunos teólogos –como R. Panikkar, L. Boff, J. Moltmann y B. Forte, entre otros–, han visto en ella una clave para resignificar la comprensión del misterio cristiano. De forma especial, resulta sugerente la intuición teantropocósmica de R. Panikkar porque la relacionalidad Dios-Hombre-Mundo sólo se entiende desde la existente entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Al final, no se podrían dejar de lado algunas implicaciones que tiene esto para la catequesis que, en suma, debería ser trinitaria.
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